Hice un pacto conmigo mismo.
Le pedí a mis ojos que te miren,
a mis oídos que te escuchen,
a mis manos que te acaricien,
a mis brazos que te protejan,
y a mis labios que te besen.
Mi cerebro prometió que te soñará,
Yo a cambio le juré que de ti me enamoraría,
y mi corazón siempre latiría.
Napoleón Enamorado, A sus órdenes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario