martes, 7 de septiembre de 2010

BICICLETA DE DOBLE PEDAL

Hoy se me ocurrió una analogía que creo muy interesante, al menos para mí lo es.

He llagado a la conclusión que todas las relaciones (amistades, laborales, sociedades, parejas, etc.) son como bicicletas de doble pedal.

Imaginemos que acordam

os con alguien encarar un viaje desde Londres a Oxford (por nombrar dos ciudades cualquiera), la distancia aproximada entre ellas es de 92 kilómetros. A raíz de esto me hice varias preguntas, como por ejemplo ¿Cuánto tardaríamos en llegar pedaleando?, ¿en qué estado llegaríamos?, ¿volveríamos a hacer el viaje?, ¿Cuántas veces más? , ¿Por qué razón lo volveríamos a hacer? y por último, pero no menos importante: ¿valió la pena hacerlo?.

Repuestas que responderé más adelante, pero sin lugar a dudas todo dependerá de quien no acompañe en ese viaje, cuantos nos estorbemos o ayudemos mutuamente, ¿no es cierto?.
Expresado lo anterior, llegue a la conclusión que hay 5 tipos de equipos de viaje bien diferenciados entre sí:

  1. . LOS QUE PEDALEAN EN CONTRA: Uno pedalea hacia delante y la otra persona hacia atrás. Todos los que usaron una bicicleta de este estilo saben que es imposible hacerlo sin sufrir consecuencias, ya que se bloquea la cadena, se corta (o sale en el mejor de los casas), haciéndose imposible avanzar.
    Son personas que considero boicoteadoras, ya sea por ignorancia, maldad u orgullo. No pueden permitir que otros sean felices sino se hacen las cosas como ellas quieren. No están capacitados para comunicarse y negociar, son gente egoísta e inmadura.
    Aun les queda mucho camino por recorrer, tal vez algún día aprendan… o no.
  2. . UNO NO HACE NADA Y DEJA PEDALEANDO SOLO AL OTRO: El cómodo o haragán son una carga, lo único que hace es decir “pedalea, pedalea, pedalea!”.
    Tal vez lleguemos a destino, pero agotados y con seguridad no volveríamos a encarar un viaje con esta persona.
    Si no se llega a destino, tienen la habilidad de hacernos creer que la culpa es nuestra por no haber pedaleado lo suficientemente fuerte, o que no estábamos en estado para hacerlo. Siempre la culpa es del otro.
  3. . UNO VA DEJANDO DE PEDALEAR, MIENTRAS QUE EL OTRO ES CONSTANTE: Estos tal vez trabajan en equipo, pero no constantemente, cuando se cansan dejan de pedalear y hay que volverlos a motivar para que comiencen a mover las piernitas, una y otra vez.
    Algunos son así por falta de entrenamiento, o bien porque se hacen los tontos, esperan que el otro no se da cuenta.No son tan nocivos como los anteriores, con un poco de dialogo se debería poder solucionar, siempre y cuando sean gente receptiva.
  4. . LOS QUE VAN ALTERNANDO EL PEDALEO ENTRE SÍ: Sin lugar a dudas mucho mejor que los anteriores. Ambos se ponen de acuerdo para que cuando uno deje de pedalear para descansar, el otro tome la posta y pedalea por los dos.
    Lo ideal sería que ambos pedaleen la mitad del camino, aunque no siempre es así, momento en que comienzan los cuestionamientos. Pero nada grave si son gente madura, es cuestión de renegociar los tramos a recorrer.
    Eso sí, saben trabajar en equipo y pedalean para adelante por el bien común.
  5. . LOS QUE AMBOS PEDALEAN CONSTANTEMENTE JUNTOS EN UNA MISMA DIRECCIÓN: Esta es la pareja ideal, ya que los dos están sudando al mismo tiempo por llegar a un mismo destino.
    Es el equipo más efectivo de todos, llegan mucho más rápido que cualquiera, ya que están sus cuerpos y mentes están perfectamente sincronizadas, siguiendo un objetivo, es como si se combinaran los dos para hacer un único ser de fuerza inimaginable.
    Esta coordinación por lo general no se logra al primer viaje (Si lo logran en el primero, jamás dejen a esa persona!), seguramente van a tener que realizar varias travesías para poder conocerse, confiar y coordinar los movimientos, hasta llegar a un punto que no necesitaran palabras ni gestos, podrán encarar cualquier viaje sin importar la distancia, juntos pueden realizar cualquier proyecto, es un equipo exitoso.

Enunciados estos tipos de parejas, ahora puedo responder a las preguntas que me hice

anteriormente. Lo ideal es pedalear juntos para un destino en común, no importa la distancia de nuestro viaje, lo que importa es la calidad de la compañía, ya que un viaje que pueda parecernos increíblemente largo se nos transforma en uno mucho más corto. Esto se debe al apoyo mutuo, el esfuerzo es dividido, y ambos llegamos relajados.

Al encarar una aventura con alguien que nos acompañe gratamente, el viaje se nos hace mucho más ameno, esto es porque mientras

estamos recorriendo el camino podemos compartir momentos únicos con e

sa persona, los cuales pasaran a formar parte de nuestros recuerdos.

Dicho lo anterior, o sea, durante el viajo no sufrimos esfuerzos innecesarios, por ende llegamos más relajados, y también hemos disfrutamos del viaje y tenemos gratos recuerdos en común, no cabe ninguna duda que con esa compañía volveríamos a encarar otro viaje, y miles más! Y cada vez nos animaríamos a realizar tramos más y más largos, aceptando cualquier desafío que se nos cruce.

Resumiendo, creo que para poder pedalear juntos al unísono y hacia un punto en común, los integrantes de cualquier relación, deben apoyarse y confiar mutuamente, en forma incondicional, dejando el egoísmo y orgullo de lado, si se dan estas condiciones, no tienen límites en las distancias a recorrer, cualquier destino es alcanzable.

Me tomo la libertad de soñar más allá, apuesto a que podemos cambiar las ruedas por alas, y así llegar a mundos que pocos afortunados conocen. ¿Te animas?

Napoleón Enamorado, a sus órdenes.


PD: La foto original la he descargado del siguiente link:
http://www.mazatlaninteractivo.com.mx/new/noticias/deportes/10,000-kims-en-bicicleta-un-reto/
Es una pareja que recorrio 10.000km en bicicleta doble, desde Alaska a Cancún, creo que es el mejor ejemplo de trabajo en equipo.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

EL PACTO


Hice un pacto conmigo mismo.

Le pedí a mis ojos que te miren,

a mis oídos que te escuchen,

a mis manos que te acaricien,

a mis brazos que te protejan,

y a mis labios que te besen.

Mi cerebro prometió que te soñará,

Yo a cambio le juré que de ti me enamoraría,

y mi corazón siempre latiría.



Napoleón Enamorado, A sus órdenes.